lunes, 23 de abril de 2012

UNA EDITORIAL MÁS

El viernes a mediodía, cuando pasaba por el salón de mi casa camino a recoger mi bolso para irme a trabajar, escuché en la televisión que se interrumpía la programación normal para emitir la rueda de prensa que la Vicepresidenta del gobierno iba a dar tras el último Consejo de Gobierno.
Decidí que no pasaría nada por llegar diez minutos tarde al trabajo si a cambio me mantenía informada sobre la actualidad que cada día amenaza con atacarnos.
En la introducción, nuestra Vicepresidenta anunciaba nuevos recortes en educación y en sanidad, cambios en las televisiones autonómicas, cambios que no explico muy allá (o que yo por lo menos no entendí muy bien) sobre el tema del combustible y que el Señor Rajoy acababa de llegar de Méjico esa misma mañana.
Como el tema ha dado, y dará para mucho, lo he vuelto a escuchar en varias ocasiones, en una de las cuales, se me ha venido a la memoria una editorial que leí en el periódico Extremadura hace unos días y de la que dejo copia literal.
Hurones, halcones y retratos
MARTI Gironell 08/04/2012
Los medios de comunicación deben mirar con lupa los presupuestos de las instituciones y fiscalizar a los gobernantes. Estos días, coincidiendo con la aprobación de los presupuestos más austeros de la democracia, hemos conocido algunas cifras. Dan para la demagogia, de acuerdo, pero también para corroborar que, pese a la situación, hay una determinada clase política que nos toma el pelo.
Vean los ejemplos. En el primer aniversario del aeropuerto de Castellón hemos conocido que chupa de las arcas públicas seis millones de euros anuales. Eso son 508.000 euros cada mes en mantenimiento, sueldos, vigilancia y protección de la fauna. La parte de la fauna son 90.000 euros anuales e incluye ocho hurones para controlar una plaga de conejos que amenaza con comerse los cables de la infraestructura. Más una patrulla de ocho halcones para eliminar a las aves que puedan afectar a unos aviones que, de momento, no existen.
Dos días después, y para no perder una tradición obsoleta y narcisista, se anuncia que en los pasillos del Congreso lucirá un retrato de su expresidente José Bono que ha costado 82.000 euros. Los de otros exaltos cargos oscilaron entre 25.000 y 100.000, dependiendo de si se trataba de una foto (la de Marín , también en el Congreso) o una pintura (la de Alvarez-Cascos en el Ministerio de Fomento). Después los criticamos porque no velan por la cultura, y fíjense si aprecian el arte que creen que hay que pagarlo, perdón, que tenemos que pagarlo. Al día siguiente leo que atender a un enfermo de alzhéimer en España supone 30.000 euros cada año. Entre enfermos y cuidadores, hay tres millones y medio de personas afectadas por esta enfermedad. Y no puedo evitar pensar en los hurones, los halcones y los cuadros.
Las tijeras no pueden pasar por las batas de sanidad: hay que cortar las alas de los que tienen sueños de grandeza.

Textos como estos los podemos encontrar en casi cualquier periódico y casi cualquier día, pero este me llamó especialmente la atención, porque aunque los gastos no sean desorbitantes, teniendo en cuenta que últimamente hablamos de miles de millones de euros como el que hablaba antes de las miles de pesetas, recortando en muchos de estos pequeños detalles y no tan pequeños, seguro que alcanzábamos para eliminar muchos de los súper recortes a los que ahora nos enfrentamos.

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