Hoy 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes.
¿Pero aún quedan de esos?
Habría estado bien que todo lo que tenemos encima
hubiese sido una simple inocentada. Que al finalizar el día alguien hubiese
dicho: “Señores y Señoras, no se
preocupen que todo esto ha sido una cruel broma, pero broma al fin y al cabo.
Mañana todo quedará restablecido y volverá a ser como antes.”
A los recortes a los que estamos siendo
sometidos desde hace un tiempo, hoy he tenido que sumar el recorte en horario y
número de trenes del metro para desplazarme por Madrid. Esta mañana, al entrar
en la estación de metro, una voz que salía de unos altavoces anunciaba: “Atención por favor. El comité de empresa
tiene prevista una parada del servicio durante los días 28, 29…de diciembre. En
el caso de que la parada se llevara a cabo se han establecido unos servicios
mínimos que pueden consultar en la estación de metro. Buenos días.”
Evidentemente no ha sido ninguna inocentada y
mientras esperaba mi tren en Plaza de Castilla apareció un mensaje en las
pantallas que anuncian la próxima llegada que textualmente decía: “El próximo tren no admite viajeros” Y no
sólo no admitía viajeros sino que cuando ha llegado a la estación han
desalojado a los que venían montados en él.
Hasta el siguiente tren hemos tenido que esperar casi
veinte minutos. Yo le he echado toda la paciencia del mundo, principalmente
porque estoy de vacaciones. Lo entiendo, lo respeto y me jodo, pero la mayoría
de las personas afectadas llevaban una “leche” de muy señor mío, dispuestos
muchos de ellos a poner las reclamaciones a no sé qué y no sé dónde.
Lo único bueno de ese trayecto ha sido ver y
escuchar a dos señores que comentaban muy técnicamente un libro que uno de
ellos sostenía entre las manos: “Julián Benavente Huertas. La voz de la memoria”.
Como es lógico, no entré en la conversación, primero por educación ya que nadie
me había invitado y segundo por prudencia, pues de la memoria histórica tengo
poco conocimiento, pero me ha hecho ilusión escucharlos ya que asistí a la
presentación de ese libro, lo he leído, conozco a su autor y siempre me alegro del éxito de
las personas a las que aprecio.
Finalmente llegar a mi destino me ha llevado más de
una hora y media, porque en las siguientes estaciones donde he tenido que
cambiar de tren se ha repetido el tiempo de espera debido a esas paradas que a
los usuarios nos recortan servicios, pero que quieren demostrar lo injusto de
los recortes que los trabajadores están sufriendo.
En fin, recorte por recorte, igual a recorte al
cuadrado.