domingo, 8 de abril de 2012

95 AÑOS ¿Y QUÉ?


Al conectarme hoy para subir un texto, he visto que me había entrado un e-mail de un amigo.
En él, además de contarme algunas noticias de amigos comunes, y por motivos que ahora no vienen al caso, me regala un texto que me ha gustado bastante y que dejo aquí transcrito (sin meterlo en un power point) para quien lo quiera leer.
Mi amigo, que es muy honrado, hace mención en su correo a que el texto, evidentemente, no es suyo, sino que lo ha encontrado mientras leía un blog de una señora de 95 años y que lo copió para mí (muy agradecida). Y para no tener problemas con esto de la propiedad intelectual, insertó en el cuerpo de la carta el enlace al blog.
Como la curiosidad es uno de mis, no sé si defecto o virtud, pero tengo mucha, he tardado, apenas un par de segundos, en hacer click en el enlace y ponerme a leer.
Esto es una evidencia más de mi despiste y desconexión con el mundo real.
Esta señora ha salido en todos los medios de comunicación que conozco y en todos los que no conozco, algunos nacionales y muchos más internacionales. Yo, claro está, me entero 6 años después de que comenzara a escribir y 3 años después de que la señora falleciera. Así soy yo.
Pero bueno, como dicen que más vale tarde que nunca, y que nunca es tarde si la dicha es buena, desde aquí, me gustaría felicitar a su nieto, principal artífice de esta hazaña y, a título póstumo, a la Sra Amelia, protagonista principal del blog y de su vida.
Independientemente de todo lo que en su blog escribió, colgó y con quién conversó, lo que me ha parecido más impresionante ha sido su forma de vivirlo, que, como ella decía en uno de sus textos, “el internet le había quitado 20 años de encima”.
A lo mejor, lo de la edad es importante, porque debe llegar un momento en la vida (o eso me dicen los que son mayores que yo) en el que te de igual lo que los demás piensen o digan porque ya has adquirido el derecho a decir y a hacer lo que te de la gana.

¿Qué es una mujer?
Las mujeres vienen en medias, tacones y colores diferentes. Se las encuentra en todas partes, en la calle, oficinas, playas, templos, espectáculos, clubes y raras veces en la cocina de sus casas.
Los automovilistas les temen, los modistas las odian, los hombres las adoran, los niños las necesitan y las lágrimas las protegen.
Una mujer es el Amor tras una capa de pintura. Misterio tras una mirada y la Ternura en metro y medio.
Tienen la astucia del zorro, el candor de un lirio, la audacia de un tigre, el fuego de un volcán, la pureza de la nieve, la intuición de cuatro linces, la mansedumbre de un arroyo, la curiosidad de un gato y la fortaleza del acero.
Les gustan las pieles, los perfumes, ir de compras, los halagos, las joyas, las noches de luna y los versos de Neruda.
Les desagradan las visitas repentinas, las medias torcidas, la nariz brillante, los ratones, llegar a tiempo a una cita, los hombres sin rasurar.
Nadie más soporta en silencio dolor como el del parto y llora porque se le quemó el asado.
Ni se acomoda en un bolso cincuenta chucherías y olvida la llave del departamento.
Nadie más recuerda el color del vestido que llevaba una amiga diez años atrás.
Ni le dice a una enemiga sonriendo: ¡Qué mona te ves!
Una mujer es un ser excepcional y enigmático.
Sin ellas no habría poesía ni canciones, ni grandes hombres, ni razón de vivir.
Ni el calor en el hogar y ternura para el niño.
Ésa es una mujer... la obra más maravillosa que ha hecho Dios…
Felicidades por ser tú, parte de esta bella obra!!!
Denise

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