domingo, 22 de abril de 2012

UN SOPLAMOCOS

De pequeños, y sobre todo en verano, supongo que como todos los niños, mis primos, mis hermanos y yo, nos convertíamos en una panda de fieras por domesticar que agotábamos la paciencia de cualquier adulto que se cruzara en nuestro camino.
Por esa fecha, mi abuela era la persona que más tiempo pasaba con nosotros, junto a nuestra Tata. Ambas, estaban dotadas de una paciencia, que entonces nos parecía muy escasa y que vista ahora, me parece que era casi infinita, pero que cuando la agotábamos solía venir acompañada de una frase algo así como:
“Niño, como no te estés quieto te voy a arrear un soplamocos que verás”
Esta frase la he oído muchas veces y la tenía muy interiorizada, sin embargo, con los años, fue desapareciendo de mi vida.
Ahora, que soy yo la que creo que tengo paciencia infinita a pesar de que los pequeños de la casa piensan que no aguanto nada, he vuelto a escuchar esa frase en boca de la  madre de un amigo, la que hoy juega el papel de abuela.
Cuando la he oído, me he preguntado si esta es una de esas palabras que surgen en el momento adecuado en cada generación o por el contrario es de las que están predestinadas a desaparecer y el que hoy haya sonado ha sido pura casualidad.
Realmente y muy a mi pesar, me inclino más hacia la segunda opción, porque a esta abuela ya se le ha escapado alguna que otra vez aquella de “Niño, como no te estés quieto te voy a dar un hostia que verás”. Aunque gracias a Dios, nunca se ha tenido que hacer efectiva.
No obstante, y en mi particular e insignificante esfuerzo porque nuestro lenguaje no vaya dejando palabras cadáveres expuestas a ser eliminadas de la RAE, aquí dejo el significado de esta.
soplamocos.
1. m. coloq. Golpe que se da a alguien en la cara, especialmente en las narices.

Dejo este enlace porque, como no soy especialmente habilidosa buscando datos en internet, no he encontrado el de la Real Academia de la Lengua Española.

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