Esta mañana, en el desarrollo de mis labores
domésticas, o como dice una amiga mía, mientras echaba horas, mantenía las
ventanas de mi casa abiertas para darle libre tránsito a las motas de polvo,
más con la esperanza de que salieran que de que entraran más.
Mientras en mi mente se iba moldeando un nuevo
proyecto laboral, en mis oídos retumbaba de nuevo el nombre de Pedro, del que
ya os hablé el 24 de agosto.
(http://atencionalciudadanoyotrosasuntos.blogspot.com.es/2012/08/pedro-el-diablillo.html)
Cansada de que el nombre interrumpiera insistentemente cada uno de mis pensamientos, decidí sacar la cabeza por la ventana, aunque no sé muy bien con qué intención.
Cansada de que el nombre interrumpiera insistentemente cada uno de mis pensamientos, decidí sacar la cabeza por la ventana, aunque no sé muy bien con qué intención.
Cuál no ha sido mi sorpresa cuando al girar la
cabeza colaborando en la búsqueda de la bendita criatura, un señor hecho y
derecho, con todo su pelo en pecho, salía del bar de la esquina refunfuñando
que le molestaba mucho que le llamaran por la ventana.
Y yo todo el verano pensando que era un crío con
especiales habilidades para el escondite.
Desde luego, lo que hace la ignorancia.
Este señor se ha debido pasar todo el verano en el
bar de la esquina, mientras su familia nos deleitaba a todo el barrio con el
sonido de su nombre en todos los tonos y volúmenes posible a las horas más
variopintas.
Imagino que cuando entre en ese bar podré ver una
foto enmarcada y en plan "altar", del sujeto en cuestión, con el cartelito de
Cliente VIP, Preferente o algo por el estilo. Aunque claro, lo que a mí se me
antoja es poner un enorme cartel en el barrio que diga “persona non grata” y su
foto impresa a máxima calidad.
NOTA: Persona non grata (del latín
persona non grata; plural:
personæ non gratæ), significa literalmente "una persona no grata"
como sinónimo de persona no bienvenida. Es un término utilizado en diplomacia
con un significado legal específico.