domingo, 29 de septiembre de 2013

MELANCOLÍA OTOÑAL

Todo ha comenzado esta mañana, cuando un amigo ha enviado por mensaje la fotografía de un delicioso bizcocho que acaba de sacar del horno.


En la distancia, casi podía olerlo, pero me olía a bizcocho, a tarde de domingo en torno al calorcito del brasero, a café, a charla y a risas con amigos.
Ya se acabaron los paseos a la charca, las cenas junto al agua y la conversación bajo un manto de estrellas hasta bien entrada la madrugada. Ya es oficial, ha entrado el otoño.
Como el día pinta a lo que la estación manda, he aprovechado que después de comer, no llovía, para dar una vuelta en bici: caminos, el canal, las moreras y pasar por delante de las casas de verano que ya han cerrado sus puertas hasta el año que viene.
Esto ha abierto un poco más la brecha de la melancolía. Inagotables días de verano en los que transitábamos por esos caminos e íbamos haciendo paradas estratégicas: en el canal para observar la velocidad del agua en época de riego y los peces dejándose llevar por la corriente (entonces, todavía había peces en el canal); bajo los árboles que cuando tenían moras servían para saciar nuestro gusto y para manchar nuestra piel y nuestra escasa ropa y cuando no, siempre nos servían para subirnos a ellos y divisar el mundo desde, lo que a nosotros nos parecía, lo más alto posible.
Todos esos amigos protagonistas de las mejores aventuras, somos ahora adultos, propietarios en muchos casos de aquellas casas, y tan educados que cuando nos cruzamos en las entradas nos saludamos y sonreímos como si guardáramos el mayor de los secretos: nuestras trastadas.
Por un día ha estado bien. Ahora toca cerrar un poco la brecha, ya he comenzado el otoño como se merece, con su particular pincelada de melancolía. Ya puedo decir que para mí ha empezado el otoño.

sábado, 28 de septiembre de 2013

EMERITA LÚDICA


Este fin de semana, se celebra en Mérida la festividad de la Diosa Ceres.
Los actos están teniendo lugar en distintos monumentos de la ciudad, donde se puede disfrutar de variadas actividades, tanto para niños como para adultos.
Además hoy tenemos la Noche Romana en Blanco.
Si te apetece echar un vistazo puedes descargar el programa aquí

Cartel de la Agenda de Actividades de la página del Ayuntamiento de Mérida


miércoles, 25 de septiembre de 2013

NÚMEROS, CRISTAL Y MERCURIO


El número 37,5 puede resultar bonito y original. No es entero, poca gente piensa en él, está poco usado y puede servir para muchas cosas: una edad, una distancia entre cuadros, el diámetro de un ramo de flores…
Desde luego, para lo que no es bueno, en absoluto, es para indicar la temperatura corporal. Ya estoy cansada de que mi termómetro me ofrezca de forma habitual este número. Espero que esto cambie en unos días, pues de lo contrario le terminaré cogiendo manía y puede que incluso haga un largo viaje junto al mercurio que lo señala y al cristal que lo contiene.

martes, 24 de septiembre de 2013

ASUNTOS QUIJOTESCOS


Al estilo de Don Quijote, y a consecuencia de asuntos caballerescos, como a él mismo le sucedió, me preparaba, este mediodía, frente al espejo, antes de asistir a una importante negociación.
Me coloqué mi atuendo, el propio de la nobleza de la Corte, y antes de abandonar mi palacio recogí mi mejor arma. Mi dirigí a las cuadras, donde monté mi fiel corcel e inicié el viaje que me llevaría hasta el Castillo de mis aliados.
Durante el trayecto, planeaba el planteamiento de las negociaciones. Comenzaría, sin duda, colocando las cartas sobre la mesa y exponiendo los datos obtenidos por mis informadores, haciéndolos valer, si fuera necesario, con el poder de mi arma.
Al llegar, un noble caballero ofició el recibimiento y tras la llegada del resto de los nobles convocados, comenzó el diálogo que no ha tenido su buen fin hasta pasadas las diez de la noche. Punto por punto se han ido cerrando las condiciones del acuerdo.

En realidad, tenía una reunión a las seis de la tarde. Me cambié de ropa, recogí mi ordenador, que hoy por hoy, es mi arma más poderosa, me monté en mi coche, que tenía aparcado en el garaje y me desplacé unos catorce kilómetros hasta el punto de reunión que tendría lugar en la Casa de la Cultura de una población cercana. Allí expuse toda la información, que gracias a algunos amigos pude obtener de varias direcciones de internet, mi principal informador. Por supuesto tuve que sacar mi portátil, para corroborar la información y descargar documentos necesarios para poder avanzar. Llegadas las diez de la noche, dimos por finalizada la reunión con las decisiones más importantes, ya tomadas, y unos estatutos prácticamente redactados.

Esto me pasa por ver un episodio de Isabel durante la comida en vez de ver el telediario y darle rienda suelta a mi imaginación y juego a la de mi sobrino, con quien comentaba de la serie y de mis tareas diarias. Como a Don Quijote, pero sin libros y en versión moderna. Aunque, en realidad, desde los tiempos de Isabel de Castilla para acá, tampoco han cambiado tanto las cosas. ¿O sí?

domingo, 22 de septiembre de 2013

ANÁLISIS DE CONCIENCIA

Estoy preocupada.
Yo, que soy una marmota que sin despertador no amanece antes de las doce del mediodía y que considero el desayuno la comida más importante del día, y si es fin de semana más, me preocupa que hoy, domingo, me he despertado a las nueve y media y sin ganas de comer.
Mi falta de apetito la puedo justificar con una tardía y nada ligera cena de sábado noche, pero el sueño…
Ha sido necesario realizar un análisis de conciencia, que suele ser, según dicen algunos, la principal causa del “mal dormir”. Tras el análisis he podido comprobar que todos los problemas que me atacan y con los que convivo a diario, son ajenos a mi conciencia.
Mirando el lado positivo, no hay nada como comenzar el domingo con la conciencia limpia.
Aprovecharé el día.

jueves, 19 de septiembre de 2013

EL CAFÉ CRUJIENTE


Llego al CPR de Plasencia, echo el dinero en la máquina del café, selecciono la modalidad que tomo habitualmente y mientras aquel aparato hace sus ruidos pertinentes, yo espero que me ofrezca mi elixir.
¡Sorpresa! la espumita de mi café venía coronada por una hormiga.
Saqué la hormiga con el palito ese que viene de serie y me dedique a investigar si había más hormigas o si esa había caído ahí por casualidad. Como es normal, las hormigas nunca vienen solas y esta no iba a ser menos. Mi café estaba plagado de hormigas ahogadas.
Con mi vasito de plástico me dirigí al conserje del edificio y le comenté el caso, añadiendo que posiblemente tuvieran un problema al haber entrado las hormigas en el departamento del azúcar de la máqujna. El conserje con mucha educación me contesta que el problema no lo tiene él, sino una empresa de Salamanca que son los propietarios de la máquina. Yo, sin salir de mi asombro y ya en tono irónico le digo: bueno, en realidad, la que tengo el problema soy yo, que a pesar de haber pagado el café no me lo puedo tomar.

Tras el comentario, me indicó que podía pasar otro día a recuperar mis cincuenta céntimos, a lo que en el mismo tono le contesté que no me compensaba mucho recorrer 150 km por esa cuantía. 
Le pedí, por favor, que mientras hablaban o no con la empresa, apagaran la máquina pues a otras personas les podía pasar lo mismo que a mí y en caso de no darse cuenta, se tomarían un delicioso “café crujiente” cargado de proteínas. Le vi la intención de hacerlo, pero tres horas después cuando volví a pasar por delante de la máquina, sin que el hecho me sorprendiera en exceso, seguía encendida.