martes, 16 de septiembre de 2014

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

El año pasado me desmonté cuando al llegar a “El Mirador”, mi camarero, el camarero de toda la vida, el que me servía mi café justo como a mí me gusta y bajo el árbol donde me sentaba a leer, había sido víctima de una reforma laboral destinada a mejorar la situación laboral de todos los españoles. Todavía me sigue costando entrar allí y pedir un café.
Hoy, salvando las distancias, he sentido algo parecido cuando al llegar a Plasencia, el bar donde de forma habitual me tomaba el café ha sido sustituido por una franquicia de la que, de paso sea dicho, no había oído hablar nunca. Vivaldi ha sido sustituido por La Andaluza.
Al llegar al trabajo esta tarde, encima de mi mesa, reposaba el currículo de un amigo y compañero al que hacía un trabajador feliz y del que me entero que actualmente engrosa las listas de paro y sus estadísticas.
Hechos que suceden todos los días y que a mí, sin embargo, me sigue costando asimilar.



domingo, 14 de septiembre de 2014

CICATRICES EN EL ALMA

Sientes el crujir de las fibras y las lágrimas brotan. No las puedes contener, ni esconder. Se deslizan por tus mejillas y pueden arruinar el mejor maquillaje, aunque en mi caso, eso es difícil.
Identificar si es una fisura o una rotura, es complicado. Se necesitaría una radiografía. Pero todavía ningún aparato puede fotografiar el alma ni su complejo entramado de conexiones ligadas al cerebro y al corazón.
El tiempo mostrará cicatrices en el alma que habrán ido marcando el camino. Correcto o erróneo, da igual, marcado quedó y por él dirigiste tus pasos.
Hay cosas que, simplemente, no tienen vuelta atrás.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

¡FELIZ CURSO NUEVO!

Podría decir que el verano ha sido largo, que ha pasado sin pena ni gloria, pero ni lo uno ni lo otro. Nunca es suficientemente largo y este año ha traído muchas penas y alguna que otra gloria.
Entre las penas, variedad, como siempre, y casi todas capítulos sin cerrar. Entre las glorias, destacable mi tiempo ganado y gastado. Fue fugaz, casi un parpadeo, pero quedan las sensaciones, los recuerdos y las fotos que miraré en un futuro no muy lejano y que me harán sentir, durante un instante, que aquello fue real: el monte, la playa, los parques, las avenidas con jardines, mi gran ciudad.
Hay personas para las que el año comienza en septiembre. Creo que yo estoy entre ellas. Al menos para ello me estoy preparando. Como si comenzara todo otra vez. Cargada de nuevos propósitos, de tareas priorizadas y con fuerzas renovadas.
Un nuevo curso, un nuevo año al fin y al cabo.
¡Buen comienzo!