Como se conoce que no están las cosas claras, dejamos
las luces encendidas todo el día para
ver si lo vemos con más claridad.
Estas luces, situadas en el Polígono Industrial “El
Prado” de Mérida estaban encendidas a las cinco de la tarde en un precioso y
soleado día.
Que luego nos recortan en medicamentos, o en profesores
para los colegios, qué le vamos a hacer, pero es que las cosas hay que verlas
bien y si es necesario pues se dejan las luces encendidas el tiempo que haga
falta.
Y lo más lamentable es que no eran las únicas que
permanecían encendidas a esa hora, pues en el trayecto de ida hacia el trabajo,
varias calles más de la zona norte se encontraban en la misma situación.
A ver si tenemos suerte y esto sirve, por el efecto “simpatía”,
para que a alguien se le encienda “el bombillo” y empecemos todos a ver las
cosas claras de una vez.
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