El periódico anuncia la modificación de la Ley de
Bases del Régimen Local.
Vaya por Dios, el jueves, fue el tema estrella de
una de las reuniones de trabajo y el sábado sale publicado en periódicos y en
telediarios.
A mí particularmente me jode bastante, y no porque
me dedique a la política, Dios me libre, ni siquiera porque me afecte en tema
de sueldos, que ya es lo que me faltaba, ni siquiera trabajo para ninguna
administración local, que sí que sería una opción.
Sin embargo, me da de pleno por dos motivos, en
primer lugar porque como ciudadana, me da la sensación de que voy a sufrir un
traspaso de competencias, en sanidad, educación y servicios sociales, que me
sugieren un cierto distanciamiento de unos servicios a los que “tenía” derecho,
hiciera o no uso de ellos; y en segundo lugar porque uno de los proyectos en
los que estoy trabajando, acaba de perder su fundamentación y aunque creo que
no se va a descartar, sí que tendremos que pasarlo a otro equipo de trabajo,
pues se escapa de nuestras posibilidades.
Saltando el tema del traspaso de competencias y
entrando a fondo en temas económicos, surgen en mi cabeza un montón de
preguntas ante la nueva situación de aquellas poblaciones de menos de 1000
habitantes. De momento y sin correr mucho, sus alcaldes no tienen derecho a
cobrar nada de nada. Y digo yo: “Los
alcaldes ¿tienen derecho a ir a la huelga?, ¿pueden coaccionar a algún vecino
de la localidad que no esté empadronado para que lo haga cuanto antes?,
¿dependerá el sueldo de un alcalde de si algún vecino al que no le caiga muy
bien se empadrone en el pueblo de al lado? ¿Vale robarse vecinos de una
localidad a otra? ¿Empadronarse lleva compromiso de permanencia? Por Dios, que
sin vivir.
Y esto que estamos hablando, en muchos casos, de
sueldos inferiores a los 21.000 € frente a los 110.000€ que cobra el alcalde de
Barcelona. Vamos, una sutil diferencia de algo más del 80%. Y aunque algunos no
se merecen, como diría alguien, ni el aire que respiran, pues son unos hijos de
su Santa Madre, otros van a pagar lo que los pecadores se han llevado, siendo
la honradez o la falta de la misma, totalmente independiente del número de
habitantes de la localidad que gobiernan.
Aunque eso sí, esto va a suponer un ahorro
monumental de más de 7.000 millones de euros (que se dice pronto), que visto lo
visto, no tengo muy claro a las arcas de quién van a ir a parar.
Y es que eso de que David gane a Goliat, se da poca
veces en la historia. El grande sigue siendo el grande y tiene la fuerza… en la
trompa, ¿Dónde si no?
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