Ni tan mala como para envenenarme en el accidental caso
de que me mordiera a mí misma, como piensan algunos, ni tan buena como para
pedir mi beatificación como piensan otros. Yo soy más del montón, con un poco
de todo, dependiendo del momento.
Como decía mi abuela: “en la variedad está el gusto y
en el término medio la virtud”.
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