Una noche de hospital da para mucho, o para nada,
según se mire.
En esta ocasión uno más de los numerosos recortes
que nos acechan todos los días, ha hecho que nos trasladásemos sesenta
kilómetros para la realización de una prueba médica que, si bien, los días de diario,
sí se realiza en el hospital de mi localidad, los fines de semana, no.
En el intento de amenizar el lento deambular de las
horas nocturnas rodeada de batas blancas, camillas y goteros, las nuevas
tecnologías manifestadas en mi tablet, me ofrecían una pequeña, pero exquisita
variedad de libros en versión electrónica.
Mi elección comenzó por la relectura de “El
principito” de Antoine De Saint – Exupéry, y aunque no me duró mucho, me
pareció la mejor elección, incluida la cita que transcribo, que me dio para
pensar un ratito.
—Te juzgarás a ti
mismo —le respondió el rey—. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a
sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres
un verdadero sabio.
Que pocos sabios quedan ya, si es que alguna vez los ha
habido.
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