El diccionario,
en una de sus acepciones define la palabra expectativa como: “Esperanza o posibilidad de conseguir una cosa”
Con las expectativas pasa como con los objetivos o las
metas, que a veces las ponemos tan altas que cuando no se cumplen el golpe es
aún mayor.
Sin embargo, sin ellas no podríamos vivir, pues dicen
los que saben mucho que la “esperanza es
lo último que se pierde”
Puesto que nuestro leguaje es rico y las palabras
polisémicas abundan, para expectativa tenemos una segunda acepción, bastante
relacionada, cuando le ponemos delante la preposición “a” y el artículo “la”: “a la expectativa (loc.): A la espera de algo
sin actuar”.
Por todo ello puedo decir que hoy me encuentro “expectante
antes mis expectativas”, quizás mañana sea un día de acción, “qui lo sa”.
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