domingo, 10 de febrero de 2013

GOLPE A GOLPE: LA LEY DE LA EVOLUCIÓN


Lo que comienzas con ilusión, con energía, con coraje, y ganas de resolver se va tornando aplomo, desilusión, rabia e impotencia. Todo el mundo va aportando su granito de arena.
Tras plantearte tus errores cometidos, echas un vistazo al conjunto que te rodea e intentado ser una observador ajeno, es decir, en un intento de poner perspectiva, te das cuenta de lo fácil que resultaría todo si los mismos sentimientos iniciales fueran comunes al resto de los mortales.
Este pensamiento que, en su origen, puede resultar infantil se repite en la cabeza en más ocasiones de las que quisieras, sin embargo, eres incapaz de desecharlo. Todavía nadie te ha podido demostrar que la buena voluntad y el buen hacer hayan echado por tierra ningún proyecto.
Quizá si un día un hada mágica (y esto sí que es infantil) repartiera humildad y un antídoto contra el orgullo y la vanidad, una gran cantidad de problemas desaparecerían.
Mientras tanto los sentimientos que resurgen al final de cada etapa, irán haciendo pequeñas mellas, que una tras otra, van moldeando un carácter que, si bien no es del todo joven, está madurando a marcha forzada siguiendo las erróneas líneas de esta, nuestra sociedad.

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