miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA PRIMERA CENA

Bueno, ya hemos comenzado. Las cenas de Navidad ya están aquí.
Con esto de la crisis, los brotes verdes, son como los billetes de quinientos euros. Se habla de ellos, pero nadie los ve. Una noticia afirmaba que la situación no volverá a la normalidad hasta el 2033. Eso son veinte años más y muchas más cenas de Navidad.
Por ese motivo, la primera de este año ha sido en la intimidad de mi casa.
La verdad es que ha sido circunstancial, pero en definitiva ha cumplido con creces los objetivos de estos eventos, que no son otros, por lo menos para mí, que reunirme con las personas con las que me apetece celebrar la Navidad y pasar una velada agradable. Una pareja, amiga nuestra ha hecho un ligero cambio en sus planes de viaje para pasar por Mérida esta noche. Sólo hemos sido cuatro, y aunque la comida no ha sido de restaurante de muchos tenedores ni con estrellas michelín, ha dado el apaño. Un buen vino, según decían ellos, porque yo de eso entiendo poco, y una conversación amena y divertida le han puesto la guinda al pastel. Por un rato nadie ha hablado de crisis, ni de política, ni de trabajo, ni de la falta del mismo. Por un rato, el cine, las novelas, el teatro, la música y unos fantásticos planes de futuro han invadido el salón de mi casa.
No ha faltado el champán, ni los polvorones y el turrón, pero sí los adornos navideños. Me parecía un poco pronto. Eso toca este fin de semana.

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