domingo, 8 de diciembre de 2013

LA PARTE NO FALLIDA DE NUESTRO “PEQUEÑO” PLAN DE INVERSIONES

Ayer no fue un día de color rosa, sino un fantástico día de otoño que presentaba una extensa gama de colores verdes, marrones y ocres.


Mientras paseaba cerca del río y disfrutaba del paisaje, iba pensando en que mis impuestos tienen otro destino además de llenar los sobres de unos y otros, cuadrar la caja B de algunas empresas beneficiarias de malversaciones y pagar los sueldazos y los gastos correspondientes a las fiestas, viajes y celebraciones variopintas de quienes ostentan altos cargos y se creen con derecho a todo.
Si bien una buena parte está destinado a todo eso, otra parte, de la que desconozco la cuantía, es como un pequeño plan de inversiones del que obtengo mi particular beneficio en el día a día; pudiendo disfrutar de una zona de paseo en un bonito parque, de un puente que me permite cruzar el río sin riesgo de ser atropellada y de una biblioteca que me proporciona un buen servicio de asesoramiento y préstamo, y que visito con asiduidad, entre otras cosas. Y todos estos servicios sin coste adicional, que no gratis, pero sin necesidad alguna de liquidez económica inmediata.
Como no quise estropear el día, que lucía espléndido, no me paré a pensar de cuántas cosas más podríamos disfrutar todos y de cuántas menos nos recortarían si el cien por cien de mis impuestos y los de los demás se destinaran donde debieran.
Aunque sólo fuese por un día, prefería quedarme con la parte positiva. El día y sus colores, se lo merecían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario