miércoles, 24 de abril de 2013

PLAGIO, SIN DUDA.


Ver la película “Blancanieves”, me está costando algo más de lo que tenía previsto. Cada vez que la pongo, no tardo más de diez minutos en quedarme dormida.

No es que la película sea un tostón, (todavía no podría juzgarla) sólo creo que no la veo en el momento más adecuado, pues el cansancio me puede.
Hace unos días, en un intento más de verla, la combinación de sueño y audio, me jugó una mala pasada.
Con los ojos cerrados y a punto de desconectarme, escuchaba el diálogo de la escena en la que Blancanieves vuelve a palacio muy disgustada tras haber observado la pobreza que ataca al pueblo, provocada por las abusivas subidas de impuestos de la reina:
Cocinera: Habéis visitado la ciudad?
Blancanieves: Si es espantoso, la reina ha destrozado todo lo que había creado mi padre. Les ha subido los impuestos, cuando el pueblo apenas tiene nada.
Cocinera: Necesita dinero para pagar sus fastuosas fiestas.
Ante esa situación, de sobra conocida, mis ojos se abrieron de golpe y he aquí la mala pasada que me jugó mi cerebro.
Por un momento vi la imagen de la reina (protagonizada por Julia Roberts) con un cierto tono de dirigente española.

 



Un par de día después, en el visionado de otro trozo de la película, la reina intenta casarse con el príncipe, pero uno de los súbditos, tras observar la mala gestión del reino, le pide que dimita (realmente le pide que abdique).
Ahí, mi sospecha se confirmó. Aquí hay plagio, aunque no sé si los dirigentes españoles copiaron el modelo y la obra de esta maléfica reina, o los guionistas de esta película lo copiaron del gobierno español.


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