El trayecto no era muy largo, pero al arrancar el
coche, la radio se puso en marcha de forma automática.
Hora en punto, sintonizada Ondacero, noticias a
diestro y “siniestras” (sobre todo siniestras) y tras pasar por un par de
calles, al realizar un cambio de marchas, con la mano derecha todavía sobre la
palanca, mi dedo índice hizo un estiramiento espontáneo dirigido a pulsar el
botón de la radio donde tengo sintonizada Cadena 100.
Durante unos instantes, mi dedo permaneció en esa
posición ante mi duda sobre cambiar o no de cadena. Por un lado me podía el
interés por conocer de nuestra situación, tanto nacional como internacional,
por otro lado no tenía ganas de sentirme deprimida, indignada o ambas cosas a
la vez, si eso es posible.
Domingo por la mañana, ya había leído el periódico,
y por una vez venció la cordura. Era el momento de mirar para otro lado. Dos
segundos después, mi radio emitía canciones de moda que me proporcionaron un
viaje agradable y sin sobresaltos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario