Hace unos días nos avisaron de que el jueves 23
habría un concierto de Jazz en el Jazz.
El motivo era el Apoyo al Conservatorio de Mérida;
los músicos, alumnos y profesores del mismo; el público, cualquiera que se
quisiera acercar por allí a partir de las 10 de la noche; y el lugar, no podía
ser otro que el Bar “Jazz” de Mérida, que lleva desde finales de los 80
deleitándonos con su selección musical y un fantástico ambiente.
Fuente: http://www.extremaduradehoy.com
Mi postura frente al interés de “algunos” porque el
Conservatorio desaparezca, es de apoyo total al centro; entre los alumnos está
una de mis pitufas (aunque pequeña para estos eventos) y entre los profesores mi
buen amigo Vicente. El jueves a partir de las 10 me pareció el día y la hora
perfecta y allá que nos plantamos.
El tema se desbordó un poco, tanto en potencia de
sonido, como en asistentes, pero, sin duda alguna, mereció la pena. Buen
motivo, buena música y estupenda compañía hicieron del momento una
reivindicación de lo más agradable, sin contar todos los recuerdos que,
relacionados con Vicente, volvieron a mi cabeza de mis años de estudiante. Por
aquella época, solía colarme en el patio de butacas del salón de actos de la
residencia dónde vivíamos, para escuchar los ensayos de aquel estudiante de
piano, que ahora estaba en el escenario y que lleva ya unos años ejerciendo
como profesor en el Conservatorio. Tuve la suerte de disfrutarlo entonces y la
de poder seguir escuchándolo ahora. Para mí, todo un privilegio.
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