sábado, 5 de mayo de 2012

PROHIBIDO PASAR

En un viaje a Holanda, un par de amigos míos paseaban por el campo junto a la pareja de holandeses, anfitriones de la visita. En un cruce de caminos, uno de ellos, se detuvo junto a un cartel del que desconocía el significado de sus palabras. Uno de los anfitriones tradujo el mensaje que decía: Prohibido pasar.
El primero en fijarse en el cartel movió su cabeza a un lado y a otro y al no ver a nadie preguntó: ¿dónde está el guarda?
¿Qué guarda? Preguntó el traductor.
El que vigila que no pase nadie. Insistió
Pero ¿para qué se necesita un guarda si hay un cartel que te prohíbe pasar? Preguntó sorprendido.
Ya, pero así cualquiera puede colarse.
Pero…¿para qué va a colarse nadie? El cartel permanece aquí todo el día y avisa de que está prohibido pasar. Sería de tontos pasar ¿no?
Mi amigo, que es de pocas palabras y menos discusiones, se encogió de hombros y continuaron con el paseo.
Eso en España, como no vaya acompañado de una buena verja, cerrado con una buena cancela y acompañado de un par de guardas forestales, es una bonita invitación a pasar. Fue su última reflexión al respecto.

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