El mundo del desayuno fue un descubrimiento de mi
edad adulta.
El entorno laboral me fue inculcando costumbres que
hasta ese momento no formaban parte de mi vida. Desayunar y hacerlo fuera de
casa.
Durante un par de años, a media mañana, mis
compañeros y yo ejercíamos nuestro derecho a un tiempo de descanso que nos
proporcionaba el Estatuto de los Trabajadores y aprovechábamos para tomar café
y tostada.
Por esos entonces, y no estoy hablando de hace tanto
tiempo, se elegía entre media de aceite, media blanca, media de paté o media
catalana (con o sin jamón). Esta última ahora se le llama de tomate, porque lo
de catalana, al parecer, no está muy bien visto.
De un tiempo a esta parte y por razones que no
vienen al caso, opté por desayunar en mi casa, antes de salir, aunque no por
eso renuncié a mi media hora de descanso para tomarme un café que últimamente
se han convertido en veinte minutos y para tomar descafeinado.
Es ahí, en ese “kit kat” diario, donde cada día me
sorprendo más sobre la evolución del mundo del desayuno. Es como las nuevas
tecnologías, en muy poco tiempo ha cambiado tanto que si tuviera que pedirme
una tostada, no sabría cómo hacerlo.
Además del tipo de pan que va desde el mollete a la
baguette pasando por el pan de Viena o el “pan pan” en su versión normal o
integral, podemos poner encima casi cualquier cosa que se nos ocurra. Y cuando
digo cualquier cosa no estoy exagerando ni una pizca.
Hay bares que se mantienen (sin actualizarse) en sus
tradicionales tostadas de toda la vida, mientras que en entornos cercanos a
centros de trabajo muy transitados han surgido como las setas bares
especializados en desayunos y por el mismo módico precio que los anteriores, te
sirven tostadas a la carta.
Así por 2,00€ puedes tomar café con leche y media de
atún con queso fundido, zumo de naranja
con media de lomo con rulo de cabra o un té rojo con rulo de cabra con
mermelada de arándanos.
Ante mi cara de sorpresa por el contenido del
desayuno, mis compañeras especifican que las suyas (las tostadas) son de las
más normalitas, pues hay quien la pide de pimientos asados, de tortilla de
patatas o de cosas por el estilo.
Todavía no me ha dado por probar pimientos asados con
café con leche, pero nunca se puede decir de esta agua no beberé, por lo que voy
tomando nota y durante el fin de semana, con algo más de tiempo para preparar y
degustar realizo mis pequeños avances en el mundo de las tostadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario