domingo, 23 de septiembre de 2012

CADA MOCHUELO A SU OLIVO


Fin de semana de risas, reunión de amigos, últimos baños en la piscina, celebraciones, cine de verano, lágrimas, despedidas, paraguas, maletas, limpiaparabrisas a tope, vamos, lo que se llama un fin de semana completito.
Ha llegado oficialmente el final del verano y el comienzo del otoño.
Esto, en mi familia, supone abandonar la casa familiar, ya que pasamos los veranos todos juntos en casa de mis padres, en el campo.
Son muchas idas y venidas, mucha chiquillería, jaleo constante, acostarse tarde y levantarse temprano y ver disfrutar a mis padres con todos los “pollos” a su alrededor.
Pero ahora toca que cada mochuelo vuelva a su olivo y aprovechando que el cambio de estación ha caído en fin de semana hemos hecho la fiesta de despedida de los amigos del verano, el sábado.
Tuvimos un día fantástico. Hizo sol y calorcito, el justo para darnos el último baño. Disfrutamos el día juntos y tuvimos cine de verano por la noche.
El domingo, sin embargo, tocaba preparar maletas y empaquetar bártulos, aunque el tiempo también nos ha acompañado anímicamente, porque ha hecho frío, ha llovido considerablemente y las ráfagas de aire invitaban a estar dentro de la casa. Entró el otoño.
El último día, que tenía un tono tristón por la circunstancia, ha terminado con las típicas lágrimas de despedidas que se verán convertidas en risas al inicio del próximo verano, cuando los mochuelos volvamos a salir de nuestro olivo.

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