miércoles, 22 de agosto de 2012

CALLE O TRAVESÍA


Anda que no me quedan a mí cosas que ver.
La última en mi lista de situaciones sorprendentes se ha producido esta semana, cuando mi padre, pendiente de recibir una carta con la cita para un especialista de consultas externas del Hospital de Mérida, se ha percatado de que la dirección que consta en las bases de datos del SES no era correcta.
Se dirigió a un señor, situado detrás de un mostrador explicándole cuál era la situación y la premura por resolverlo pues la carta podía llegar en cualquier momento a una dirección equivocada.
Este empleado público, así sobre la marcha, le explica a mi padre la dificultad del tema pues la dirección correcta lleva la palabra travesía, y eso en el ordenador, no es una opción.
Ante esta tesitura, mi padre pide una solución, pues su calle se ha llamado así toda la vida y nunca había tenido este problema.
El funcionario, muy en las suyas, insiste en que no puede poner la palabra travesía, a lo que mi padre, ya un poco cansado, sobre todo de las nuevas tecnologías, pregunta que si entonces debe recoger el correo en la casa de un desconocido situada en otra calle. Y el señor le contesta que sí. Con un par. Sí señor. Eso es ser resolutivo.
Pues nada, nos tocará otra visita al área administrativa del SES y la reclamación pertinente.
Y mientras sí, mientras no, fomentaremos las relaciones sociales con vecinos de la localidad en busca de la bendita carta que, Dios sabrá donde aterrizará si consigue hacerlo en alguna parte.

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