No nací en ninguna esquina, ni siquiera me ha
sucedido nada excepcional en ninguna de ellas. No sé, quizá el destino me tenga
deparado morir en una. Sea como fuere, y sin saber el motivo, me gustan las
esquinas. A lo mejor tengo alguna profesión frustrada, aunque tampoco creo que
sea el caso.
Llegar a una esquina me hace creer que tengo la posibilidad
de elegir. No siempre es cierto, pero aún así, eso me gusta.
Entre sus alternativas están la de continuar hacia adelante
o cambiar la dirección. Todo un abanico de posibilidades, y aunque siempre está
el que dice que “todos los caminos llevan a Roma” y que da igual la alternativa
que cojas, pues llegarás igualmente al mismo destino, creo que es importante
poder decidir el camino que quiero recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario