Si no te paras a pensar dónde te estás equivocando,
seguirás cometiendo el mismo error una y mil veces.
La frase no es de nadie en especial. Ha sido un
pensamiento matutino al girar, por enésima vez, en el cruce equivocado,
mientras me dirigía a Cabeza del Buey.
Mi Tom Tom, se está volviendo tontón y a mí me está
convirtiendo en una conductora de primera. Más kilómetros, firme en mal estado,
pero todas las curvas para mí solita y un paisaje espectacular. Eso sí, he
llegado a tiempo de milagro.
Un día de estos me tendré que parar a mirar el mapa
y otras cosillas más, y dejar de coger los caminos equivocados.
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