martes, 3 de septiembre de 2013

ME HAGO MAYOR

Hoy lo he notado, me he hecho mayor.
He llegado como siempre a la cafetería “El Mirador”, pero él no estaba. Ese chico simpático y agradable que me servía el café justo como  a mí me gusta y que me lo llevaba bajo el árbol donde yo me sentaba a leer, ya no estaba.
En su lugar tres chicas, dos de ellas sudamericanas, atendían las mesas. Supongo que las últimas reformas laborales han debido tener que ver en este asunto. No hay réplica posible.
Miré mi árbol, las miré a ellas, volví a mirar mi árbol, me miré a mi misma y opté por una silla y una mesa como hace la gente normal. Ya no tengo edad y además ellas no lo entenderían.
Era mi despedida y se vio un poco truncada. ´
Tras el café y mi rato de lectura, me acerqué a mi árbol, recogí mi trozo de corazón que dejé allí la última vez que estuve y me dediqué a buscar un sitio en la ciudad donde esconder otro trozo para recogerlo la próxima vez que venga. Nunca dejo un trozo sin haber recogido el anterior, porque corro el riesgo de quedarlo todo aquí.
Después de todo, el nuevo sitio no está mal, mi adiós por esta vez vuelve a ser temporal. La próxima vez habrá más cambios, porque la ciudad crece y yo me hago mayor.

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