domingo, 16 de junio de 2013

SINCERIDAD



Puestos a ser sinceros, creo que la sinceridad está sobrevalorada.
Personalmente, pienso que la sinceridad sólo es buena cuando su revelación te puede aportar algún beneficio. En caso contrario, guárdate lo que piensas, porque como suele suceder con los acusados, “todos lo que digas, podrá ser utilizado en tu contra”, y lamentablemente, y como están las cosas, todos somos potenciales acusados, por lo que es mejor no darle armas al enemigo.
Si algún día tienes un ataque de sinceridad, mi consejo es que te quedes en casa, descuelgues el teléfono y llames al trabajo para decir que no puedes ir, que tienes una crisis de lo tuyo. Hoy en día todo el mundo tiene algo “suyo” y todo el mundo lo entenderá. No vayas a decir que tienes un crisis de sinceridad, entonces, sinceramente, estarías perdido. La sinceridad es como el miedo, se puede oler desde lejos y una vez la desvelas, no hay vuelta atrás.

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