lunes, 13 de enero de 2014

SIN NOTICIAS

Habría estado bien recibir un mensaje de vuelta. Incluso que una llamada hubiese concretado un encuentro y un nuevo cruce de miradas, un guiño, un momento de complicidad.
El silencio, muchas veces deseado, aplomaba, entonces, un estado de ánimo inicialmente expectante.
Había una explicación. Siempre la hay. Aunque no sea la esperada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario