lunes, 27 de enero de 2014

HAY QUIEN QUIERE, PERO NO PUEDE

Y es que hay cosas para las que sólo valen los políticos, y por muy director de un centro educativo que se sea, no es experiencia suficiente para jugar a dos bandas y salir airoso. “Donde dije digo, digo Diego” y “la ley del embudo” requieren de un grado de especialización que no todo el mundo tiene.
Después de un año de dimes y diretes y de querer llevarse el gato al agua, hoy se deshacía en elogios y pedía disculpas a diestro y siniestro. Calificarlo resultaría difícil. ¿Sincero? No lo sé, pero una vez disculpado, (y para esto sí hay que tener clase) da igual, lo hecho, hecho está y me conformaría con que la cordura y la coherencia predominaran en las próximas decisiones.

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