sábado, 4 de enero de 2014

AMIGOS POR EXIGENCIA

Todavía son días de recuentos de amigos.
Estos balances anuales se van complicando cada vez más y pronto habrá que hacer un curso para aprender a contarlos. Hay que contar los amigos con los que se ha cenado o comido en estos días, con los que se han intercambiado felicitaciones por WhatsApp, bien de forma individual o a través de grupos, con los que ha habido intercambio de correos y, por supuesto, los que han hecho felicitaciones genéricas a su gran lista de amigos colgándolas en su muro del facebook o de cualquier otra red social. Importante no contar varias veces a la misma persona si el contacto ha sido por varios medios o incluso si se han usado también las herramientas tradicionales como la llamada telefónica o la visita en casa.
Ironías aparte, si es cierto que las redes sociales están llevando el tema de la amistad a unos niveles de exigencia tremendos. Si además le unes la falta de intimidad que la mayoría de los aparatos te ofrecen delatando tu presencia cuando estas conectado, escribiendo o vaya usted a saber lo que estás haciendo, pero que sepas que sé que estás ahí…ya no hay donde esconderse. A veces hasta me da miedo tocar algún botón, porque sé que el “gran hermano” me vigila.
No aceptar a alguien como amigo en la cuenta de facebook, puede provocar conflictos que pueden llegar a tener la categoría de internacionales. Quizá el motivo sólo sea que a ese amigo no le interesen las publicaciones del otro, sin que ello suponga ninguna merma en su grado de amistad. Pero no. Hay que aceptarlo por narices o correr el riesgo de que bajes uno o varios niveles (incluso que quedes fuera) en la lista real de amigos.
A mí, me ha pasado hace unos días con alguien, que brazos en jarra me pedía explicaciones de por qué no había aceptado su solicitud de amistad en facebook que me había enviado tres días atrás. La respuesta que me apetecía darle no procedía por el lugar donde nos encontrábamos (el pasillo del hospital), por lo que me limité a decir que entro poco y que aún no la había visto. Inicialmente he evitado el conflicto agregándola a mi lista de amigos, aunque puede que la cosa se agrave, en cuanto aparezca alguna publicación que no me parezca adecuada y la tenga que eliminar.
Debo ser la única usuaria de esta red social que no se ha planteado la amistad de nadie cuando al enviar algunas solicitudes de amistad, estas, no han sido aceptadas. Visto lo visto, a lo mejor debería darme por aludida, aunque también me pueden tachar de exceso de susceptibilidad. A estas alturas, una no sabe ya como acertar.
Como tengo claro que soy un bicho raro, de momento seguiré midiendo la amistad por los parámetros que ya tenía anteriormente, seguiré contestando a los WhatsApp cuando pueda, quiera y me apetezca y contestaré a las llamadas de la misma forma.
La amistad se gana, y a veces se pierde, pero desde luego, nunca se exige

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