martes, 13 de agosto de 2013

LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO


Hacía mucho tiempo que no me paraba a ver el cielo. Hoy la excusa han sido las Perseidas.
Después de un duro día de trabajo, en el que parece que las vacaciones no vayan a llegar nunca, el haber estado tumbada en el césped, vigilando mi pequeña parcela de cielo no iluminado, me ha proporcionado un rato de reflexión muy agradable.
Como el año pasado estas estrellas fugaces hicieron que se me cumplieran varios deseos, este año no podía dejar pasar la oportunidad de algunas nuevas peticiones, y dejando fluir mi lado más infantil, he inventado juegos que pudieran atraer a las estrellas a mi trozo de cielo.
El juego no se ha dado mal. En poco más de una hora, he visto pasar unas dieciséis estrellas y aunque algunas han sido muy discretas, otras han sido espectaculares y han dejado una estela que se ha podido ver durante más de dos segundos.
Habría estado genial pasar la noche bajo tan bonito espectáculo, pero el sueño me ha ido venciendo y he preferido acudir al cobijo de mis sábanas.
El año que viene, con el recuento hecho de deseos cumplidos, volveré a verlas.

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