No ha sido física, sino verbal. Hay que mostrar
agradecimiento y la educación recibida durante cuarenta y un años, ha dado sus
frutos. He sabido lucir mi mejor sonrisa en el momento adecuado.
En mi interior, la sensación de haber recibido un
collejazo al estilo “Sole” es lo que más se le parece. Pero eso sí, con mucho
estilo.
En sólo un ratito frases como “Dame pan y llámame
tonto”, “Quien da de comer a perro ajeno, pierde pan y pierde perro” o “Cuánto
más tonto el hortelano, más grandes las coles” han deambulado por mi cabeza.
Tanto “pan y coles” a lo mejor quiere decir que tenía hambre. ¿Quién sabe?
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