Aprovechando un día de asueto he dado varios paseos
por la calle Santa Eulalia mientras realizaba varias gestiones.
Como no estoy acostumbrada a pasear por estos lares
en días laborales, me ha agradado ver que la zona tenía vidilla, comercialmente
hablando. No era como la puerta del Corte Inglés el primer día de las rebajas,
pero no estaba mal.
En el ir y venir de mis tareas me he ido encontrando
personas a las que no suelo ver a menudo y como siempre hay alguien capaz de
tocarte las narices en el momento oportuno, por dos veces me he acordado de una
frase que mi hermano suele colocar adecuadamente, pero que yo por educación y
porque mi abuela me diría que eso no es de señoritas, no me he atrevido a
decir:
“La opinión es como el culo, todo el mundo tiene una”.
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