Ayer visitaba una clase repleta de niños de 11 años,
y les explicaba que las decisiones que tomen como grupo, lo deben hacer por
consenso, que deben aprender a exponer sus propuestas y sus criterios, a
escuchar a los demás y a decidir entre todos. No sólo lo entendieron, sino que
además lo pusieron en práctica.
Hoy, durante una clase con alumnos de 16 y 17 años,
hacía hincapié, entre otras cosas, en la importancia del trabajo en equipo y de
la escucha activa. A estos les costó un poco más, pero después de un par de
dinámicas prácticas, lo han visto claro.
Esta noche, he asistido a una reunión extraordinaria
de vecinos de la comunidad donde vivo, y de la que participo en los pocos
asuntos en los estrictamente me obliga la ley. A la porra todas mis
explicaciones sobre el consenso, el trabajo en equipo y la escucha activa.
Eso sí, no he dicho ni pío.
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