No sabría encontrar la etiqueta adecuada para esta entrada.
No soy especialmente delicada con la elección de los menús y de forma genérica tan solo hay dos alimentos que no tomo: los garbanzos y el marisco.
Estando hoy, por motivos de trabajo, en Baños de Montemayor he tenido la bendita fortuna de haber sido agraciada en las dos principales comidas del día. El almuerzo del mediodía que han sido garbanzos, y en la cena donde nos han deleitado con un fantástico pescado con marisco.
No lo consideraré como un golpe de mala suerte, sino como una inigualable oportunidad de adquirir un montón de conocimientos nuevos, pues estamos en una sesión de formación, junto a la opción de dejar aquí algún que otro kilo.
Del hambre ya me ocuparé cuando llegue a casa.
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