viernes, 1 de marzo de 2013

LA GUARIDA DEL GUERRERO


Llegar a casa, sentir el roce del metal con el metal al introducir la llave en la cerradura, girar la llave y desplazar en dos tiempos esos bulones que abren paso al descanso, al calor y a la comodidad que todo guerrero necesita cuando llega a su guarida.
No hay mejor final para una ajetreada semana.

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