sábado, 16 de marzo de 2013

EL ÚLTIMO OLVIDO


Desde el sillón donde la habían colocado, miró fijamente a todas aquellas personas que, corriendo de un lado a otro, se marchaban con una ligera despedida.
No recordaba qué hacía allí, y porqué estaba con esas personas a las que no conocía.
Miró a un lado y a otro y se reconoció en algunas fotos que colgaban de la pared, alguien las habría robado de algún sitio, pero no lograba recordar de dónde, y le pareció inútil cualquier intento de forzar la memoria.
Cuando se encontró sola por fin, colocó una mano sobre otra, se relajó y los ojos se fueron cerrando suavemente. Algo se le estaba olvidando, pero no lo creyó importante porque se encontraba bien, ya pensaría en ello después.
Se le había olvidado cómo respirar, y en un último instante de semiconsciencia escuchó que alguien gritaba: ¡mamá!¡ mamá! ¡por Dios, mamá!
No recordaba tener ninguna hija; no la estaban llamando a ella, por lo que simplemente se dejó ir.

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