Hoy le he podido dar un abrazo a mi padre. Era su
día y aunque el tiempo que he podido pasar con él ha sido muy poco, su abrazo y
sus besos me han hecho sentir muy afortunada.
Le he deseado que tuviera un feliz día y desde aquí
lo hago también a todos los padres del mundo, a los novatos que todavía les
queda mucho por disfrutar y los veteranos que siguen sintiendo por sus hijos el
mismo amor fraternal que el primer día que sus manitas se aferraban a sus dedos,
que se han preocupado en los momentos de enfermedad, han reído incluso con los
resultados de algunas trastadas, se han sentido orgullos con sus triunfos, han
sido el pañuelo de lágrimas ante los suspensos y los desamores y han dado más
que la talla incluso en momentos en los que con todo el dolor de su corazón y
toda la felicidad del mundo han sido los perfectos acompañantes en el altar o
similares.
Feliz día del Padre y ya que estamos Felicidades
también a todos los “José” pues padres o no, también es su día.
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