A veces, teniéndolo tan cerca, ni siquiera se ve.
No hay mucha distancia y no da para relajarse
conduciendo, pero sí da para enderezar el desastroso comienzo de una semana que
no augura ninguna tranquilidad.
La llamamos “la charca” aunque tiene bastante agua. Un
refresco y buena compañía admirando el paisaje durante un par de horas puede
darme la relajación que no he tenido en todo el fin de semana.
Este es nuestro “Embalse de Proserpina”
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