La cosa se
complica un poco más cuando en el cesto de la ropa se acumulan prendas y
prendas que necesitan más de un par de horas de plancha. Entonces comienza la
improvisación y se priorizan las necesidades.
Y es que
tienen razón, cuando las prendas se acumulan… Ahí, es cuando vence la pereza.
Y así, el
resto de las cosas.
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