martes, 31 de diciembre de 2013

FELIZ 2014

En estos días me han ido llegando mensajes en plan gracioso que me desean muchas cosas para el nuevo año y para estas fiestas.
Son de esos mensajes que se reenvía una y mil veces y en ocasiones te llega el mismo por distintas vías. La primera vez te resulta original, en la segunda y tercera va perdiendo la gracia, en la enésima vez que llega el mensaje, ya ni te cuento.
De entre todos los que me desean la misma felicidad y sus complementos que yo os deseo a todos, os dejo uno que me ha parecido especialmente simpático, y puestos a pedir, creo que también bastante satisfactorio.

NO TOCAR

Si es que hay cosas que no se deberían volver a tocar.
Esta noche, en una improvisada e íntima reunión de amigos, (esos amigos con los que al final, una termina sincerándose) ha salido el tema de los exámenes, de cuando aún estudiábamos y cómo no, de las tecnología que entonces empleábamos en la elaboración y uso de las chuletas. Nunca fui muy ducha en el uso, (aunque no estoy libre de pecado), pues mis nervios me delataban antes de empezar, pero sí en su elaboración, por lo que fabriqué más de una como elemento de apoyo al aprobado de algunos compañeros.
La estrella en el tema era escribir con una aguja sobre las seis caras de un bolígrafo Bic cristal. En cada una de sus caras se podía escribir un mínimo de tres líneas y aquello daba para mucho texto o fórmulas, según fueran las necesidades.
Evidentemente la técnica era la técnica y con la debida práctica, salían unas auténticas obras de arte.
Hoy, una de mis amigas, sorprendida y algo incrédula ante semejante cantidad de contenido en un objeto tan pequeño me invitaba a que le mostrara alguna evidencia, sobre todo por hacerse una idea.
Yo que entonces dominaba la técnica, he buscado algo parecido a una aguja. No podría salir igual porque nosotros contábamos con una herramienta preparada específicamente para ello y que consistía en otro bolígrafo en el que habíamos sustituido la punta de tinta por una aguja perfectamente incrustada y sujeta.
Con lo que no contaba es con que con veinte años, tenía una vista perfecta y ahora me ha costado darle cinco vueltas al bolígrafo hasta encontrar la posición correcta en la que veía una de las caras; y aún así he usado el sistema braille, para asegurarme que realmente estaba en la posición adecuada para poder empezar a escribir. He escrito más con la intuición que con los ojos, y dentro de lo que cabe, no ha salido mal del todo. Pero es una pena, porque entre lo que se pierde por la falta de práctica y lo que se pierde por el paso del tiempo…
Vamos, que hay cosas que es mejor no volver a tocar.

lunes, 30 de diciembre de 2013

ÚLTIMOS CALDEOS: EL ABORTO

El balance de este año ha sido un poco extraño, aunque más por falta de ganas que por tiempo, para qué nos vamos a engañar.
No obstante, sigue habiendo temas con los que no puedo hacer como “los tres monos”.
Uno de ellos es el tan polémico y actual tema del aborto.
Ayer leía un par de artículos al respecto en el blog “El ventano” y aquí os dejo los enlaces.


Sin entrar en discusiones sobre las expresiones usadas, y por mucho que a algunos y a algunas les pueda sorprender, estoy totalmente de acuerdo con su contenido.
Nada tiene que ver con lo que yo haría o dejaría de hacer, pues eso sólo debería ser cosa mía, sino con un paso atrás para todos que, sinceramente, me da miedo. 
Menos "lolaylas" y más a lo que hay que estar.


domingo, 29 de diciembre de 2013

EL RELOJ DE ARENA

Su tiempo era un minuto (sin mucha precisión, pues del reloj de un juego se trata).
Un minuto contiene el tiempo que tardan en transcurrir los sesenta segundos que lo componen. Eso es lo que dura, y  normalmente, ni un segundo más ni un segundo menos, aunque en este caso, el cálculo fuera un poco aproximado. Sin embargo, no parecía el mismo minuto cuando esperábamos a que transcurriera para poder darle la vuelta y comenzar de nuevo, que cuando se estaba agotando y no había dado tiempo a terminar la jugada.
Así han ido transcurriendo los 525600 minutos de este último año de los que sólo nos quedan 2885. Vistos ahora, y para algunos asuntos, han pasado rápidos, como si se nos hubiera ido agotando la jugada en cada uno de ellos. Para otros van lentos, como si toda la actividad se redujera a tener que ver caer los granos de arena a través del estrechamiento del cristal.
Evidentemente esto es relativo. De hecho, dieciocho días en un hospital, puede ser mucho tiempo, y un año, para volver a empezar una vida, es poco.
Seguirá siendo relativo, pero cargaremos el reloj de este año que entra, con nuevas expectativas, con nuevos propósitos, con los mejores deseos y la esperanza de cumplirlos. Y comenzaremos la nueva partida en el momento cero, tras la última uva, cuando le demos la vuelta al reloj de arena.

viernes, 27 de diciembre de 2013

RÉQUIEM POR EL AMOR

Llegó esta tarde y así sin más me lo soltó: “He descubierto el amor”
Sin poder evitarlo me emocioné por ella, quizá, esta fuera la definitiva. Era una fantástica noticia y por supuesto le di mi enhorabuena.
Enseguida me dio la explicaciones oportunas, lo había descubierto en un libro y en una canción. Lamentablemente no lo estaba viviendo, y después de haberlo descubierto, entendió que no había estado enamorada nunca y que posiblemente no lo estaría jamás. Que a pesar de la intensidad con que vive cada segundo de su vida, ese sentimiento le resultaba ajeno. Para sentirlo como realmente es, se sentía muerta.
No pude hacer otra cosa más que darle el pésame.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA ANTI-NAVIDAD

Este año no ha sido una blanca y húmeda Navidad sino gris y mojada.
En general me gustan estas fechas, pero una amiga y yo no hemos dudado en calificar a las de este año como las Anti-Navidades.
El motivo principal es que han estado plagadas de “antiinflamatorios”, “antitusivos”, “antiagregantes”, “antisépticos”, “antibióticos”, “antivomitivos” y de algún “anti” más que posiblemente se me escape.
Dulces, lo que se dice, dulces no han sido, pero no nos quejaremos mucho, que siempre hay cosas que celebrar y no nos está faltando nuestra parcela de felicidad.
FELIZ NAVIDAD A TODOS.

sábado, 21 de diciembre de 2013

LOS INICUTIBLES

Durante los dos primeros años de mi vida laboral, me trasladé a vivir a una localidad de unos 2000 habitantes.
Esta localidad, como casi todas, tiene sus peculiaridades y una de ellas era el lenguaje. A una importante influencia leonesa y al continuo uso de palabras del castúo, había que añadir palabras inventadas, (aunque con años de tradición), y acepciones erróneas que tiempo atrás se dieron por ciertas. Valgan como ejemplo la tradición de “bullir” a los bebés o la de sentirse muy ofendido si llamabas a alguien “individuo”, pues en este caso era peor que si lo hubiesen llamado “hijo de puta”.
Mis inicios en ese pueblo fueron especialmente complicados porque tenía importantes problemas de comunicación, tanto para entenderlos, como para hacerme entender, y en más de una ocasión pronuncié o escribí algunas frases que me colocaron en una posición un tanto apurada.
Allí fue donde descubrí a los “inicutibles”, actualmente una especie en auge.
Los inicutibles son “individuos” incapaces de hacer nada bien, sin ninguna intención de aprender y que no admiten críticas. Son como los inútiles, pero con el matiz de que carecen de empatía, de iniciativa y de fuerza de voluntad.
En el transcurso de los dos años, pude conocer a casi todos los integrantes de esa especie que habitaban en el lugar, e incluso, obtuve referencias de sus antepasados. Todo un lujo, aunque mi inocencia me llevó a pensar que estaban perfectamente controlados en esa localización geográfica.
Actualmente se han expandido tanto que nos los podemos encontrar casi que en cualquier parte. De hecho se han ido posicionando cada vez más en las altas esferas y podemos observarlos con frecuencia en la televisión y en otros medios.
Aunque, por supuesto, no nos podemos olvidar nunca del inicutible cercano que en versión “recomendado” nos ameniza la vida en el día a día. De estos me han tocado tres, y es increíble sentir su fuerza, la que les proporciona el apoyo incondicional de sus superiores jerárquicos de la manada.
Todo sea que no empiece el nuevo año “descabezando pollos” y elimine a algún que otro inicutible, pues la expansión descontrolada de esta especia ya se ha convertido en epidemia.