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Esta imagen me ha ido
acompañando hoy a lo largo del día. No sé si mi café matutino llevaba una dosis
de esta mágica poción, pero habría estado todo el día dando besos y abrazos a
todo el mundo, aunque no hay que alarmarse, he sido relativamente prudente y no
he dado ni uno sólo más de los habituales.
Por supuesto, no falta
quien te intenta hacer aterrizar en la cruda realidad, por mucho que intentes
mantenerte en un estado de “semieuforia placentera” lejos de todos los
problemas propios y ajenos.
¿Qué le vamos a hacer? Tiene
que haber de todo en la viña del señor.
No obstante, siempre hay
un amigo, aunque claro, no es un amigo cualquiera, que sabe dar un achuchón en
el momento adecuado, y justo antes de finalizar el día, cuando prácticamente lo
daba por perdido, me he llevado mi dosis extra de cariño. Muchas gracias, J.
Pato.
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